domingo, 23 de agosto de 2009

Dios...no eres lógico!!!

Leyendo, viviendo y experimentando me he encontrado con frases como: “El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mt 23,12).
O bien: “Bienaventurados los pobres (…) Bienaventurados los que ahora tenéis hambre (…) Bienaventurados los que ahora lloráis (…) Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre”(Lc 6, 20-22).
E incluso:”«Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»” (Mt 18,21-22)

YO: Habla tú, Nithael, mensajero de lo Alto. ¿Cómo he de hacer, pues juzgo lógicas unas actitudes y comportamientos y en cambio se me pide buscar y procurar otras que se presentan a mi entender como anti-naturales e irracionales?
NITHAEL: El que habla eres tú…¿o es tu ser material?
YO: Hablo desde lo que me parece lógico y racional.
NITHAEL: El ser que se auto-reduce obtendrá una percepción de la vida reducida, tal y como él mismo ha dispuesto inicialmente. Si miras al cielo a través de un cilindro tan sólo verás el fragmento que sea materialmente posible visualizar dentro de tal campo de visión. De igual modo, si buscas a Dios con parámetros y lógicas…obtendrás un dios estandarizado y racional. Y eso TAMBIÉN ES Dios. Pero hay una inmensa cantidad de matices y realidades de Él que estás desatendiendo: el sorprendente, el innovador, el libre, el afectivo, el sencillo, el entregado…y así podríamos seguir por la eternidad de los tiempos.
YO: Y dime, ¿cómo he de buscar la satisfacción de los anhelos de mi ser humano y racional…al mismo tiempo que los de mi ser espiritual?
NITHAEL: No es verdadero que consideres como opuestos estos anhelos. Uno es consecuencia del otro: sin anhelos espirituales, una vida humana y racional se centra y objetiviza en lo material y carece de explicación para infinidad de fenómenos y “casualidades” que ocurren o son permitidos para mayor y mejor realización vuestra; por otra parte, una vida sin inquietudes por lo inmaterial carece de proyección, de un por qué y un para qué de esta encarnación.
Al mismo tiempo ocurre lo contrario: sin anhelos materiales, una vida solamente centrada en lo espiritual se desencarna: un ser que no acepta su condición de humano se abisma en el vacío de una existencia no buscada, no pedida y non grata, pues pone límites a su espíritu original, dado que la existencia, en sí misma, ya es una limitación.
Es lícito para el ser humano buscar la satisfacción de unos y otros anhelos. Sin embargo, no es Verdad que sean ajenos el uno al otro. Más bien la búsqueda de uno de ellos trae parejo el don de alcanzar ambos: Cuando buscáis satisfacción material, es eso lo que obtenéis (en el mejor de los casos). Ahora bien, cuando el empeño de una vida se centra en hacer de la Palabra una existencia iluminada, ese mismo empeño desencadena la satisfacción humana.
YO: Explícame, por favor, algo más esta última idea.
NITHAEL: Un escultor, a golpes de cincel y martillo, con sudor y noches de desvelo, pretende expresar una esencia inmaterial invisible que habita su espíritu, imprimiendo una nueva existencia al bloque de piedra que trabaja. Pues sucede que el fruto de la consecución de ese anhelo inmaterial produce inevitablemente una acción material, a saber: la pieza terminada es vendida en una galería de arte por una importante suma de dinero y la adquisición de la misma por un crítico de arte provoca el encumbramiento social del escultor y su renombre posterior. Cae, pues, en la cuenta de que toda obra del Espíritu, por ingrata, farragosa y dura que parezca tiene una repercusión en la materia que, de un modo que no alcanzas a conocer, te conduce a la plenitud material y humana que tanto inquietaba tu existencia. Viene a avalarlo aquella Palabra que hoy traigo a tu vida:
Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura” (Mt 6, 33)







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