A veces uno siente que se dan situaciones que no comprende
ni ubica dentro de la visión que pueda tener de sí mismo y de su misión en este
tránsito por el mundo. Algo de repente cuaja, toma vida y sucede en el interior
sin que uno mismo sepa cómo cuándo o por qué o quién se ha movido ese sentir,
ese pensamiento o esa acción involuntaria que no puede dejar de repetir.
Uno no conoce a una persona. Y de repente, por decisión del
Universo, se hacen paralelos los caminos de ambos y uno se encuentra con
asombro que el sentir que le habita es de una profunda comprensión y com-pasión
(emoción compartida) con esa persona. Se encuentra apoyando, sosteniendo,
animando y ayudando a poner luz en la existencia de una persona que hasta “ayer”
era un casi perfecto desconocido.
Uno siente que sus pasados han estado unidos y que por eso
en esta existencia terrena lo reconoce. Parece que hay un vínculo entre ambos
que va más allá de lo emocional, de lo sentimental, de lo afectivo y lo
corporal. Hay un nudo invisible que de repente une a dos personas sin explicación
aparentemente normal. De ser unos perfectos desconocidos pasan a tener la
condición de “íntimos” hasta un punto tal que a veces desestabiliza y trastoca
la situación emocional de la persona.
YO: ¿Qué movimientos se dan en el Universo cuando esto sucede?
NITHAEL: La
Vida fluye. No puede ser de otro modo. Como un torrente de
agua que, cuando se ve cercado por lo que le rodea, busca salida aunque sea
bajo tierra. Como el viento que se cuela hasta por la rendija más estrecha. Como
la luz que, introducida incluso en la oscuridad más intensa, influye en ella
modificándola. La Vida
tiene que fluir. No es un mandato. Es una realidad. No tiene alternativa.
Cuando la Vida
se detiene se da la Muerte. Y
aunque muchas veces hay Muerte en la vida de una persona, a veces sucede que la Vida toma las riendas y se
manifiesta en la existencia de una persona. Es por eso que a veces las personas
más desgraciadas son las que más “causalidades” viven y más rápida e
intensamente evolucionan. Esas “causalidades” (casualidades las llamáis
vosotros) son pequeñas filtraciones de Vida en vuestra vida. Son oportunidades,
aprendizajes, facilidades que el Universo pone en vuestro camino para vuestro
crecimiento. Y a menudo esas “causalidades” toman forma humana para que las
comprendáis mejor. Y aun así, a veces os cuesta verlo…
YO: ¿Y qué es lo que motiva que veamos o no esas “causalidades”?
NITHAEL: Algo muy básico y a la vez muy complejo: el querer
ver. Es lo que cada una de vuestras religiones llaman FE. Y no me estoy
refiriendo a la fe en un Dios, sino a la fe en el Dios que habita en vosotros
mismos, la fe en vuestro propio yo.
YO: Pero vamos a ver…¿la fe no es precisamente creer en lo
que uno no ve?
NITHAEL: Un ojo inútil no es aquel que no ve, sino aquel que
no sabe ver. Una persona no cree porque no vea. Una persona cree precisamente porque
sabe ver. Porque sabe que hay situaciones que se escapan a sus dominios
racionales. Lo ha experimentado y sabe que, independientemente de que lo
entienda o no…eso SUCEDE. A veces incluso suceden cosas que tienen sentido pero
que vosotros no sabéis leer el sutil hilo que las une unas con otras. Y por
eso, cuando alguien os quiere “abrir los ojos” decís: “Yo eso no me lo creo”. Simplemente
no hay cabida en vuestros razonamientos para ello. No sabéis. Y porque no sabéis,
no creéis. Porque según vuestros conocimientos racionales de una cosa no se
deriva la otra. Os llenaría de inmensa alegría saber la cantidad de situaciones
que podríais crear vosotros mismos partiendo de realidades a vuestro alcance. Y
os daría una tranquilidad sin igual saber qué otras evitar para no desencadenar
situaciones no deseables. Creer no es sino conocer unas y otras. Conociéndolas
no hay necesidad de ver ni de creer conscientemente: sólo se hace necesario
asentir.
YO: Entonces cuando una persona entra en nuestra vida ¿hemos
de creer que es una “causalidad” de las que me hablas y hemos de creer que es
para nuestra evolución personal?
NITHAEL: Has entendido, hombre. Has entendido pero no has
comprendido. Cuando la Vida
toma las riendas de vuestra vida y filtra una “causalidad” vestida de persona humana
para vuestro crecimiento es porque esa persona tiene una misión, y vosotros
mismos otra. Sucede que ambas misiones se entrelazan, se complementan y se
posibilitan mutuamente. Tal vez no se crucen más que un instante. O tal vez sea
media vida. O incluso a veces la vida entera (estas son las más cómodas para
vosotros, pero no siempre está dispuesto que así sea). La relación tiene razón
de ser mientras el vínculo os hace crecer a ambos. Y puede ser de muy distinta
clase ese vínculo: familiar, laboral, afectivo… Y tiene sentido mientras
conduce a la Vida
a ambos. Cuando no es así, o bien el vínculo mismo se disuelve de una manera
que os resulta comprensible, o bien el Universo, tal como se ha dado
gratuitamente, se retira. En vosotros está el saber ver el motivo de ese vínculo,
la razón por la que os habéis encontrado, el aprendizaje que teníais pendiente.
Y, por supuesto, en vuestra mano está también el saber aprovecharlo al máximo y
sacarle todo el partido a esa oportunidad. Luego…la Vida sigue, inevitablemente…AFORTUNADAMENTE.
Porque si una oportunidad no la sabéis o no la queréis aprovechar, la Vida volverá a ponérosla las
veces que sean necesarias en vuestro camino. El que tenga ojos…que lo vea en su
propia vida.