martes, 18 de mayo de 2010

ENCONTRÁNDONOS...



A veces uno siente que se dan situaciones que no comprende ni ubica dentro de la visión que pueda tener de sí mismo y de su misión en este tránsito por el mundo. Algo de repente cuaja, toma vida y sucede en el interior sin que uno mismo sepa cómo cuándo o por qué o quién se ha movido ese sentir, ese pensamiento o esa acción involuntaria que no puede dejar de repetir.

Uno no conoce a una persona. Y de repente, por decisión del Universo, se hacen paralelos los caminos de ambos y uno se encuentra con asombro que el sentir que le habita es de una profunda comprensión y com-pasión (emoción compartida) con esa persona. Se encuentra apoyando, sosteniendo, animando y ayudando a poner luz en la existencia de una persona que hasta “ayer” era un casi perfecto desconocido.

Uno siente que sus pasados han estado unidos y que por eso en esta existencia terrena lo reconoce. Parece que hay un vínculo entre ambos que va más allá de lo emocional, de lo sentimental, de lo afectivo y lo corporal. Hay un nudo invisible que de repente une a dos personas sin explicación aparentemente normal. De ser unos perfectos desconocidos pasan a tener la condición de “íntimos” hasta un punto tal que a veces desestabiliza y trastoca la situación emocional de la persona.

YO: ¿Qué movimientos se dan en el Universo cuando esto sucede?
NITHAEL: La Vida fluye. No puede ser de otro modo. Como un torrente de agua que, cuando se ve cercado por lo que le rodea, busca salida aunque sea bajo tierra. Como el viento que se cuela hasta por la rendija más estrecha. Como la luz que, introducida incluso en la oscuridad más intensa, influye en ella modificándola. La Vida tiene que fluir. No es un mandato. Es una realidad. No tiene alternativa. Cuando la Vida se detiene se da la Muerte. Y aunque muchas veces hay Muerte en la vida de una persona, a veces sucede que la Vida toma las riendas y se manifiesta en la existencia de una persona. Es por eso que a veces las personas más desgraciadas son las que más “causalidades” viven y más rápida e intensamente evolucionan. Esas “causalidades” (casualidades las llamáis vosotros) son pequeñas filtraciones de Vida en vuestra vida. Son oportunidades, aprendizajes, facilidades que el Universo pone en vuestro camino para vuestro crecimiento. Y a menudo esas “causalidades” toman forma humana para que las comprendáis mejor. Y aun así, a veces os cuesta verlo…

YO: ¿Y qué es lo que motiva que veamos o no esas “causalidades”?
NITHAEL: Algo muy básico y a la vez muy complejo: el querer ver. Es lo que cada una de vuestras religiones llaman FE. Y no me estoy refiriendo a la fe en un Dios, sino a la fe en el Dios que habita en vosotros mismos, la fe en vuestro propio yo.

YO: Pero vamos a ver…¿la fe no es precisamente creer en lo que uno no ve?
NITHAEL: Un ojo inútil no es aquel que no ve, sino aquel que no sabe ver. Una persona no cree porque no vea. Una persona cree precisamente porque sabe ver. Porque sabe que hay situaciones que se escapan a sus dominios racionales. Lo ha experimentado y sabe que, independientemente de que lo entienda o no…eso SUCEDE. A veces incluso suceden cosas que tienen sentido pero que vosotros no sabéis leer el sutil hilo que las une unas con otras. Y por eso, cuando alguien os quiere “abrir los ojos” decís: “Yo eso no me lo creo”. Simplemente no hay cabida en vuestros razonamientos para ello. No sabéis. Y porque no sabéis, no creéis. Porque según vuestros conocimientos racionales de una cosa no se deriva la otra. Os llenaría de inmensa alegría saber la cantidad de situaciones que podríais crear vosotros mismos partiendo de realidades a vuestro alcance. Y os daría una tranquilidad sin igual saber qué otras evitar para no desencadenar situaciones no deseables. Creer no es sino conocer unas y otras. Conociéndolas no hay necesidad de ver ni de creer conscientemente: sólo se hace necesario asentir.

YO: Entonces cuando una persona entra en nuestra vida ¿hemos de creer que es una “causalidad” de las que me hablas y hemos de creer que es para nuestra evolución personal?
NITHAEL: Has entendido, hombre. Has entendido pero no has comprendido. Cuando la Vida toma las riendas de vuestra vida y filtra una “causalidad” vestida de persona humana para vuestro crecimiento es porque esa persona tiene una misión, y vosotros mismos otra. Sucede que ambas misiones se entrelazan, se complementan y se posibilitan mutuamente. Tal vez no se crucen más que un instante. O tal vez sea media vida. O incluso a veces la vida entera (estas son las más cómodas para vosotros, pero no siempre está dispuesto que así sea). La relación tiene razón de ser mientras el vínculo os hace crecer a ambos. Y puede ser de muy distinta clase ese vínculo: familiar, laboral, afectivo… Y tiene sentido mientras conduce a la Vida a ambos. Cuando no es así, o bien el vínculo mismo se disuelve de una manera que os resulta comprensible, o bien el Universo, tal como se ha dado gratuitamente, se retira. En vosotros está el saber ver el motivo de ese vínculo, la razón por la que os habéis encontrado, el aprendizaje que teníais pendiente. Y, por supuesto, en vuestra mano está también el saber aprovecharlo al máximo y sacarle todo el partido a esa oportunidad. Luego…la Vida sigue, inevitablemente…AFORTUNADAMENTE. Porque si una oportunidad no la sabéis o no la queréis aprovechar, la Vida volverá a ponérosla las veces que sean necesarias en vuestro camino. El que tenga ojos…que lo vea en su propia vida.